Tributación de nómadas digitales y teletrabajo desde España
admin2025-09-01T13:13:28+00:00La globalización, la digitalización de los negocios y el auge del trabajo remoto han transformado radicalmente la manera en la que entendemos las relaciones laborales y profesionales. Hoy en día, es posible trabajar desde cualquier parte del mundo con un ordenador y una buena conexión a Internet. Esta tendencia ha dado lugar a una figura cada vez más frecuente: el nómada digital. España, como destino atractivo por su clima, su calidad de vida y su marco jurídico específico, se ha convertido en un punto de referencia para quienes desean teletrabajar desde el extranjero.
Sin embargo, la gran pregunta que surge es la siguiente: ¿cómo tributan los nómadas digitales y teletrabajadores en España?
El marco legal: la Ley de Startups
La Ley de Fomento del Ecosistema de las Empresas Emergentes, conocida popularmente como Ley de Startups, ha introducido un régimen fiscal novedoso que pretende atraer talento internacional. Entre sus medidas más destacadas está la creación de un visado especial para nómadas digitales, así como un régimen tributario favorable que simplifica y reduce la carga impositiva para los profesionales extranjeros que trasladan su residencia a España.
Este visado permite a los teletrabajadores extranjeros residir y trabajar en España para empresas de fuera del país durante un período inicial de un año, prorrogable hasta cinco. En paralelo, quienes lo obtienen pueden acogerse al régimen fiscal de impatriados, popularmente conocido como la «Ley Beckham», con ventajas claras frente al régimen ordinario del IRPF.
El régimen fiscal aplicable
El régimen especial de impatriados permite tributar como no residente durante seis años. En lugar de someter toda su renta mundial al IRPF, el nómada digital solo tributa por las rentas generadas en España, lo que supone una gran diferencia en la base imponible. Además, los primeros 600.000 euros de salario se gravan a un tipo fijo del 24%, mientras que lo que supere esa cifra tributa al 47%.
Esta medida resulta especialmente interesante para profesionales con ingresos elevados, que evitan así la progresividad del IRPF español, donde los tramos superiores alcanzan tipos cercanos al 50%. No obstante, hay que matizar que este régimen no es aplicable de forma automática: requiere una solicitud expresa a la Agencia Tributaria y cumplir unos requisitos estrictos, entre ellos no haber sido residente fiscal en España en los cinco años anteriores.
Nómadas digitales europeos y extracomunitarios
No es lo mismo ser ciudadano de la Unión Europea que proceder de un país extracomunitario. En el primer caso, el acceso al territorio español es más sencillo gracias a la libre circulación de personas, pero igualmente será necesario definir el estatus fiscal. La Agencia Tributaria considera residente a cualquier persona que permanezca en España más de 183 días al año, o cuya base de intereses económicos se encuentre en el país. Esto significa que muchos nómadas digitales acaban siendo considerados residentes fiscales aunque formalmente trabajen para empresas extranjeras.
Para los extracomunitarios, el visado específico de nómada digital es la vía principal para teletrabajar legalmente desde España. Este visado no solo abre la puerta a la residencia, sino también al acceso al régimen fiscal especial. Es, por tanto, una medida de atracción de capital humano y de posicionamiento internacional de España como hub de talento remoto.
Teletrabajo para empresas extranjeras: ¿qué pasa con el IRPF?
Una de las cuestiones más complejas es la tributación de los rendimientos cuando el empleador es extranjero. En general, si la persona pasa más de 183 días en España, se considera residente fiscal y deberá tributar en el país, salvo que se acoja al régimen de impatriados. Incluso en esos casos, es posible que la empresa extranjera no practique retenciones de IRPF, lo que obliga al trabajador a presentar declaraciones trimestrales o regulares de manera directa.
Además, existen situaciones en las que puede surgir un conflicto de doble imposición, especialmente si el país de origen también considera residente fiscal a la persona. En tales casos, entran en juego los convenios de doble imposición que España tiene firmados con numerosos estados, cuyo objetivo es evitar que el mismo ingreso tribute dos veces.
Aspectos prácticos: Seguridad Social y cotizaciones
Más allá de los impuestos, otro punto clave es la cotización a la Seguridad Social. En principio, un trabajador que se establece en España debería cotizar en el sistema español, salvo que conserve un certificado de desplazamiento (formularios A1 en la UE) que le permita seguir cotizando en su país de origen. Esta cuestión suele generar confusión, por lo que resulta imprescindible analizar cada caso de manera individual.
Asimismo, para los trabajadores por cuenta propia que opten por instalarse en España, será obligatorio darse de alta como autónomos, salvo que sigan cotizando en otro país de forma reconocida por la Seguridad Social española. Esto implica también cumplir con las obligaciones de IVA y el pago de cuotas mensuales, lo que puede alterar significativamente la planificación financiera de un nómada digital.
Fiscalidad de ingresos adicionales
Muchos nómadas digitales no solo perciben ingresos salariales, sino que diversifican su actividad con proyectos freelance, consultoría, creación de contenido o inversiones. En estos casos, los rendimientos adicionales también quedan sujetos a tributación en España si se considera la residencia fiscal aquí. El régimen de impatriados puede ser ventajoso para centralizar todo en un tipo reducido, pero si se opta por el régimen general, habrá que integrar estas rentas en la base imponible del IRPF, con la progresividad correspondiente.
La importancia de planificar
La tributación de los nómadas digitales y teletrabajadores en España abre oportunidades, pero también plantea retos. Es un terreno donde los detalles marcan la diferencia: el tiempo de estancia, el país de origen, la existencia de convenios de doble imposición, la naturaleza de los ingresos o la posibilidad de acogerse al régimen especial. Una decisión mal planificada puede derivar en una carga fiscal excesiva o en sanciones de la Agencia Tributaria por incumplimiento de obligaciones.
Lo más recomendable es contar con asesoramiento especializado antes de fijar la residencia en España. Una buena planificación fiscal puede optimizar los impuestos y garantizar el cumplimiento normativo, evitando sorpresas desagradables.
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